Siempre he sido partidaria de respetar los ritmos de los niños y algo que me enseñó el cursillo que hice de Montessori es a estar atenta a los periodos sensitivos.
Mis hijas no habían mostrado interés por ir a ningún cursillo de natación, argumentaban que les iban a obligar a hacer cosas que ellas no querían. Claro habían visto en otras piscinas que en los cursillos los tiraban a la fuerza o algún monitor gritaba a los niños para que se tiraran.
Pero el año pasado vieron cómo era el cursillo que daban en la piscina que vamos y se quedaron con las ganas de ir.
Este año me lo han pedido ellas, les han hecho una prueba y llevan una semana en el cursillo.
Ellas han decidido cuándo era su momento y la prueba está que se han soltado mucho y se atreven a hacer cosas que antes eran impensables.
Están adquiriendo seguridad y tienen mucha confianza en su monitora. Les respeta las ganas, les anima a probar y siempre les acompaña. Eso se nota mucho.
Total que no salimos de la piscina en todo el día, lo justo para ir a casa a comer, jugar un poco y luego regresar otra vez al agua.
Pero se aprovecha de muchas maneras:
jugando al uno, haciendo trasvase de agua de un cubo a otro, limpiando los gorros, dibujando en el suelo con agua, jugando a las estatuas, leyendo, observando las nubes, las hojas, los árboles, disfrutando de no tener obligaciones.
Y todavía les quedan ganas al llegar a casa de ponerse a jugar o a investigar cosas:
Vestir y desvestir a los muñecos, bañarlos, recoger, pintar, escribir, leer, escuchar música, bailar...
Menudas vacaciones.
Totalmente de acuerdo que hay que respetar sus momentos, su desarrollo, sus períodos sensitivos!! A disfrutar de la piscina!
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