El otro día unas amigas me comentaban que los niños si no trabajaban con fichas no aprendían. Les expliqué que los niños aprenden mucho más jugando y con objetos de la vida real que a través de las fichas. Y les puse el ejemplo de lo que se puede trabajar en la elaboración de un bizcocho:
RECETA DE BIZCOCHO DE LECHE CONDESADA
150 gr. de harina
1 sobre de levadura
1 bote pequeño de leche condesada
4 huevos.
50 gr. de mantequilla derretida
Mezclar los huevos con la leche condesada y la mantequilla, batir muy bien y añadir a la mezcla la harina tamizada con la levadura. Unir todos los ingredientes, echar en un molde e introducir al horno 180º durante 30 minutos.
Lo primero que tienen que hacer es leer la receta y preparar los ingredientes: LECTURA Y COMPRENSIÓN LECTORA.
Con los ingredientes se trabajan las matemáticas: tenemos que reconocer las cifras (150,1,4,50), luego hay que pesar y llegar a la cantidad exacta que nos indican en la receta. Para conseguir los 150 gr tuvo que ir añadiendo (sumar) o quitando (restar) harina hasta que pesó la cantidad exacta.
Con la mantequilla trabajó la multiplicación y la suma. Los bloques van marcados en el papel de 25 gr en 25 gr. Para calcular 50 gr la mayor enseguida dijo "25 dos veces son 50" Así que tenemos 25 x 2 = 50 o 25+25=50.
Al derretir la mantequilla también se fijó en el tiempo. Se necesitaban dos minutos a potencia 150, tuvo que poner los mandos en la posición correcta para que se derritiera. Lo que dio lugar a explicar por qué la mantequilla que es sólido con el calor se transformaba en líquido.
Con los huevos fue contando: 1,2,3,4
Batir y batir
Al horno y a tachán resultado final
Por supuesto la que cocina lo prueba.
Y esto es solo un ejemplo de cómo pueden adquirir conocimientos en el día a día.